Desde que Alexander se baja de la cama una mañana, todo parece salirle mal. Se le cae el suéter en el fregadero, su maestra no aprecia sus originales ideas y descubre que su almuerzo será sin postre.

Cuando piensa que el día no podría ser peor, su madre lo lleva a él y a sus hermanos al dentista. ¿Y adivina quién es el único que tiene una caries?

Este relato inolvidable nos recuerda, de una manera cómica y amable, que de vez en cuando todos tenemos un día malo. Los detallados dibujos de Ray Cruz retratan perfectamente al rezongón de Alexander, mientras que la simpática historia de Judith Viorst nos ofrece un personaje gruñón y malhumorado, pero encantador.

English
From the moment Alexander climbs out of bed one morning, it seems as if nothing will go his way. He drops his sweater in the sink, his teacher doesn't appreciate his clever ideas, and there's no dessert in his lunch.

Just when he thinks the day couldn't get any worse, his mom whisks him and his brothers off to the dentist. And guess who's the only one to have a cavity?

This unforgettable tale is a funny, gentle reminder that everyone has bad days now and again. Ray Cruz's detailed line drawings perfectly capture the perpetually scowling Alexander, while Judith Viorst's amusing story creates a lovable and relatable grump.